Decir ?yo? es la manifestación primera de lo humano dentro 
	de la evolución biológica, ésta es la relevancia que da Ernst 
	Tugendhat a la estructura predicativa del lenguaje humano. 
	Esta estructura implica una serie de características 
	antropológicas, como el decir ?yo?, la racionalidad, la 
	responsabilidad, el deseo de reparar injusticias, la necesidad 
	de reconocimiento y de un sentimiento del valor propio. Estas 
	características muestran que el decir ?yo? orienta a los 
	hablantes ineludiblemente a lo moralmente bueno. La 
	paradoja que Tugendhat acentúa aquí es que la 
	incompatibilidad de lo moralmente bueno con una plena 
	realización de sí mismo conduce a que en el lugar egocéntrico 
	mismo en el que se dice ?yo? se abra un espacio para relativizar ese yo, es decir, para la práctica de dar un paso atrás y evaluar así las propias intenciones. 
	Esta posibilidad de dar un paso atrás o de retirarse de sí mismo tiene muchas variantes dignas de interés en la religión y la mística. De ahí que Ernst Tugendhat explora esta 
	actitud particularmente en las antiguas tradiciones de la India y la China, donde se encuentran las raíces de la mística. Pero también hay ciertas huellas místicas en nuestra propia tradición filosófica, como muestra la atención que se ha prestado ?desde Platón a Wittgenstein? a la capacidad y la experiencia del asombro, que también requiere un paso 
	atrás, permitiendo así una mirada con la que el yo se pone fuera del centro. Esta actitud, excelente y cuidadosamente analizada por Tugendhat en todas sus implicaciones, encuentra su mejor expresión en la figura budista del compasivo bodisatva.