La música pop no empezó con los Beatles en 1963, ni con Elvis en 1956. Ni siquiera con los primeros sencillos de siete pulgadas en 1949. Hubo una prehistoria que se remonta a la primera música grabada, a principios del siglo XX...
¿Quiénes fueron las primeras estrellas discográficas? ¿Eran, en algún sentido, «estrellas del pop»? ¿Para quiénes componían canciones figuras como George Gershwin? ¿Por qué el swing, el sonido que triunfó durante una década o más, se volvió casi invisible después de la Segunda Guerra Mundial?
La precuela de «Yeah Yeah Yeah», Let’s do it, de Bob Stanley, es el primer libro que narra la historia definitiva del nacimiento del pop, desde la invención del disco de 78 rpm a finales del siglo XIX, pasando por la primer vez que se usó el término (un anuncio de 1901 en el Stage para una biblioteca de préstamo de partituras prometía "toda la música pop más reciente"), hasta el auge del rock'n'roll, desde el music hall hasta Muddy Waters.
Incluyendo a superestrellas como Louis Armstrong, Bessie Smith, Duke Ellington y Frank Sinatra, junto con los compositores y arreglistas desconocidos responsables de algunas de nuestras canciones más perdurables, Stanley pinta un retrato auditivo de los años de formación de la música pop con una claridad asombrosa, desvelando los hilos de plata y las agujas de oro que unen la forma.
Admirablemente sencillo en su enfoque, Stanley hace uso de un lenguaje ingenioso y tiene un ojo fantástico para los hechos oscuros y llamativos, dotando a su narración de un entusiasmo contagioso que nos hace correr al servicio de streaming más accesible para descubrir a qué se debía tanto revuelo. La maestría de Let's do It para revivir el pasado reside en su capacidad para establecer paralelismos con el presente o, al menos, con la historia más contemporánea.
