"Una muerte ejemplar tiene aún más valor que una vida ejemplar", decía un manual de conducta de las SA. En el curso de tres lustros, los nacionalsocialistas se hicieron con el control de las calles en Alemania y acabaron con la victoria en las urnas. En un principio su ideología no era original (se basaba en la tradición nacionalista y antisemita alemana del siglo XIX) y, sin embargo, conquistaron a una parte sustancial de su población que lo manifestó en elecciones libres. La razón: supieron mejor que las demás fuerzas políticas agitar los sentimientos y las emociones de los alemanes a los que prometieron una Edad Dorada en forma de Tercer Reich; y lo hicieron a través de cultivar mitos, ya fueran nacionales o del propio partido. Uno de esos mitos giraba en torno al culto al sacrificio de la vida por la patria y por el ideario del partido nazi, al martirio y a sus mártires, a la muerte heroica que eleva al individuo a la condición de héroe al servicio de la causa de la redención nacional.
Jesús Casquete realiza un profundo estudio sobre cómo la propaganda nazi utilizó, para acceder al poder y mantenerse en el mismo, a los militantes que cayeron en las luchas contra fuerzas políticas "enemigas", un aspecto poco abordado en la amplia historiografía sobre el nacionalsocialismo. Ya Adolf Hitler empezó y cerró su "Mein Kampf" con un homenaje a los nazis caídos en el fallido golpe de 1923. Dinámica que seguirán los demás jerarcas del partido, valores todos ellos que señalaban la ruta al "hombre nuevo" del Tercer Reich. Al servicio de este fin pusieron a todo el aparato del Estado una vez que tomaron el poder en 1933, desde el sistema educativo a los medios de comunicación.
"El culto a los mártires nazis" es un libro original y esclarecedor que aporta nuevos elementos para poder entender qué fue y cómo llegó al poder aquel movimiento que tantos seguidores y admiradores tuvo, y que escribió algunos de los capítulos más ignominiosos de la historia de la humanidad.